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Tres historias con final feliz de tres perros del Centro de A Armenteira

Priscila Lela Apolonia

Transcurrieron ya casi dos años desde que se puso en funcionamiento el Centro de Acogida y Protección de Animales Abandonados de A Armenteira (CAAN), dependiente de la Diputación de Pontevedra. En todo este tiempo, muchas y muy diversas son las historias que acompañan a los animales recogidos a diario en este centro de acogida.

Sin embargo, entre todas ellas destacan historias de pequeños peludos que cambiaron su suerte con su paso por el centro, y también la vida de las personas que de ellos se hicieron cargo. Destacan las protagonizadas por Priscila, Apolonio o Lela.

La pequeña Priscila fue recogida por el personal del CAAN en el ayuntamiento de Redondela el 15 de mayo de 2014, después de ser atropellada y abandonada en la carretera con la cadera rota. Los primeros días fueron muy difíciles para ella, pero poco a poco, gracias a los cuidados recibidos, consiguió recuperarse por completo y se convirtió en una perra dulce y juguetona, la preferida por el personal del CAAN. La alegría  llegó a su punto máximo el pasado mes de septiembre, cuando Priscila fue adoptada por Rocío Antón.

Apolonio, un galgo de avanzada edad, entró en las instalaciones del CAAN el 30 de agosto de 2014 procedente de Cotobade. El estado que presentaba era lamentable, con una fractura abierta en una pata gravemente infectada, una oreja amputada y sin un ojo. Apolonio era un perro esquivo y temeroso, posiblemente a consecuencia del dolor que padecía.

Por suerte, Apo cayó en las manos de Luis Carrasco y su esposa, que se ofrecieron a adoptarlo y darle una segunda oportunidad.

El estado de la fractura imposibilitó la recuperación de la extremidad, que tuvo que ser amputada en una intervención quirúrgica. En poco tiempo Apo dejó de asustarse ante la presencia de personas y se convirtió en un animal muy cariñoso que disfrutaba paseando en compañía de cualquier miembro del equipo. 

Una de las últimas historias de superación la protagonizó Lela, una Setter inglesa (recogida en Mos) que entró el 24 de noviembre de 2014 con una pata completamente desgarrada, después de que le pasara por encima la rueda de un coche.

Tras largos meses de tratamiento e insistentes curas, Lela se recuperó y volvió a caminar. Hoy en día espera por una familia que le brinde la posibilidad de tener un hogar.

Estas historias cuentan con un final feliz, lo que nos da fuerza para seguir adelante con nuestro esfuerzo y trabajo. Pero no nos debemos olvidar de que muchos perros deambulan diariamente por las calles, sin alimento y sin un hogar donde refugiarse. Cierto es que éstos pueden representar un problema higiénico y sanitario, incluso un riesgo para la seguridad de las personas, pero no debemos olvidar que esta condición no fue escogida por ellos, sino que es la mano del hombre la que siempre está ligada al abandono de los animales domésticos. Por este motivo es necesaria la colaboración de todos para conseguir resultados en la lucha contra su abandono, fomentando la tenencia y adopción responsables.

Los responsables del centro invitan a cualquier persona interesada en adoptar a que visiten el centro, consulten la página www.caan.depo.es o llamen por teléfono al 986 140 360, donde será puntualmente informada.

Recordemos que la adopción no tiene ningún coste para el interesado, premiándose así la decisión de adoptar frente a la de comprar un animal. Los animales adoptados en el CAAN les son entregados a sus nuevos propietarios desparasitados, vacunados e identificados.

Por eso la Diputación de Pontevedra apuesta decididamente por la adopción poniendo en marcha distintas campañas de sensibilización. La de este año, ¿Y tú, de quién eres?, tiene como premisa fundamental la concienciación de los más pequeños sobre los cuidados de los perros y el fomento de la identificación de los animales. Desde que se puso en marcha la campaña, el pasado 20 de noviembre, fueron 70 los perros que encontraron un nuevo hogar, es decir, más de 1 perro al día; y desde que el CAAN abrió sus puertas fueron más de 600 los animales adoptados.

La gravedad del problema del abandono de los animales se deduce de las más de 4.000 intervenciones que, en sus casi dos años de funcionamiento, realizó el CAAN, lo que quiere decir que los operarios del centro acudieron a llamadas alertando de perros abandonados prácticamente seis veces al día.